Salud Colectiva

PRESENTACION

Mónica Liborio

El contexto, la Universidad Nacional y la Facultad
de Ciencias Médicas de Rosario

Se reconoce que la dimensión institucional -anidada en la complejidad del tejido social- remite a un continuo movimiento entre lo instituido, que posee el poder de lo establecido y aquello que puja por ser instituyente.

La Universidad -como institución- posee como misión la conservación y la transmisión del conocimiento existente y fundamentalmente, la de su creación a través de la investigación científica. Este aspecto es de importancia, teniendo en cuenta que, una sociedad será plenamente democrática cuando la ciencia sea totalmente explorada y utilizada para transformar la vida cotidiana de las poblaciones.

La Universidad Argentina emerge en un contexto en que la educación desempeñaba una función significativa, ligada al ordenamiento político-social. Juan Carlos Tedesco hace hincapié que, a lo largo de la historia de la educación argentina, esta se asentó en la función prioritariamente social y política y no en una correlación directa con las funciones y proyectos económicos. Entonces en el marco de una ausencia de políticas económico sociales capaces de garantizar la inserción laboral de los graduados como cobertura de las necesidades poblacionales, la Universidad Argentina preserva la peculiaridad de una formación profesionalista que signó sus orígenes.

En el ingreso al nuevo milenio, las condiciones de realización de las prácticas sociales y económicas, lejos de democratizar el bienestar de la población, han dado lugar a la instalación de inequidad expresadas en profundas desigualdades en grandes sectores de la población, cuya superación demandará una direccionalidad política de parte de los que detentan el poder. En este contexto, actualmente nuestro país, se encuentra bajo los vaivenes de una economía globalizada -neoliberal- distante de resolver su crisis estructural. Por lo tanto el sistema Educativo en general y la Universidad en particular, no son ajenos, a esta situación.

DECANO
Dr. Jorge Molinas
VICE-DECANO
Dr. Damián Lerman
PROF. ADJUNTO
Ricardo Nidd
Analía Chumpitaz

JTP
Tamara Ajún
Nestor Banfi
Alejo Claria

Marcelo Gaseli
Paula Guala

Silvia Luque
Lucía Pappa
Andrés Sachetto

Emiliano Scaglia
Paula Sintes
Darío Tassi

Por el contrario la formulación y realización de proyectos curriculares innovadores tanto en el grado como en el posgrado, que respondan a las demandas de la población, sobre todo a la necesidad de construir ciudadanía en educación, exigen otros presupuestos de tiempos y de recursos que no siempre son posibles. Sin embargo la universidad como institución, tiene el deber de anticiparse a los cambios y ser capaz de insertarse creativamente en los contextos situados de la llamada sociedad del conocimiento.

La Universidad Nacional de Rosario creada en 1968, queda sujeta a las orientaciones ideológicas y direcciones políticas vigentes en el nivel nacional. Se encuentra, actualmente, inmersa en un proceso de crisis expresado por distintos indicadores que afectan por igual a docentes, alumnos y no docentes. Reconocer la gravedad de la crisis, darse de cuenta de las debilidades y fortalezas institucionales y la formulación de un horizonte de posibilidad para las mayorías, son condiciones necesarias para poder actuar en los intersticios y operar sobre esos indicadores negativos como protagonistas transformadores, desde la función crítica de la Universidad.

En este marco, la Facultad de Medicina denominada en algunas épocas (desde 1982 hasta 1984) y de Ciencias Médicas -denominación actual-, hace suyo el mandato social y resignifica los marcos reguladores de la formación médica (Ley de Educación Superior y R.M. Nº 535), a la luz de su imagen objetivo: “La Facultad de Ciencias Médicas de la U.N.R., como instancia cúspide del Sistema Educativo aspira a contribuir a la formación de sujetos de la determinación social y profesionales capaces de responder a las necesidades de salud de la población en lo inmediato, de anticiparse en la interpretación de las tendencias de los procesos de salud en el marco de los perfiles epidemiológicos, dotados de una sólida preparación y competencias para promover la salud, prevenir las enfermedades, curar y rehabilitar a los enfermos” (1) e instala un proceso de transformación curricular que reconoce como antecedentes la propia historia institucional en ese sentido, y las recomendaciones elaboradas por los organismos nacionales e internacionales de educación médica, sin desconocer las condiciones de realización del Sistema de Salud, escenario significativo para la realización de las prácticas propias de la formación y las condiciones socioeconómicas de la región.

El proceso de transformación curricular, iniciado en el año 2000, se sustentó en una concepción de educación como práctica liberadora y democratizarte y se propone un proceso de diseño curricular participativo, con un modelo educativo que reúne las siguientes prescripciones técnicas:

Este proceso culminó con la estructuración de la llamada Curricula Innovada (CI 2001).

Plan de estudio carrera de Medicina

Desde estos lineamientos curriculares, el Plan (CI-2001) se estructura a partir del Objeto de estudio: El proceso salud-enfermedad-atención, en cuatro ciclos, en una interrelación constitutiva.

1er. Ciclo: Promoción de la Salud - Eje: conocer para cuidar.

2do. Ciclo: Prevención de la Enfermedad - Eje: conocer para evitar.

3er. Ciclo: Enfermedad y Sistemas de Atención - Eje: conocer para curar.
Desarrolla la Etiopatogenia, la Fisiopatología, el Diagnóstico y Recuperación de las enfermedades prevalentes en las áreas de las prácticas médicas: Pediatría, Gíneco Obstetricia, Clínica Quirúrgica y Clínica Médica.

4to. Ciclo: Práctica Final. - Eje: ejercer para integrar (3) 

El Perfil del Médico que se desea formar (4) establece que su formación deberá realizarse en el marco teórico-práctico de la Atención Primaria En Salud (APS).

Con relación a la estrategia metodológica, se organiza a través del aprendizaje basado en problemas (ABP) como soporte didáctico-pedagógico. El problema es el punto de partida de la situación de aprendizaje y debe resolverse utilizando distintos recursos educativos que le permiten al alumno apropiarse de la información necesaria para confrontarla con sus pares, los docentes y otros informantes claves, hasta configurar algunas soluciones. En ese recorrido formativo, formula hipótesis, diagnósticos, pronósticos y propone soluciones. Además se diversifican los ámbitos de enseñanza, privilegiando -en los primeros años- el aula (tutorías, laboratorios disciplinares y de habilidades médicas, seminarios y consultas a expertos) y el terreno (sistema de salud, escuelas, centros de crecimiento infantil, ONG entre otras instituciones).

Breve análisis del Plan

El Plan se encuentra organizado en ciclos y áreas donde se plantea la ruptura tradicional de los ciclos básico y clínico. En toda la currícula se construye desde la interdisciplinariedad, articulando los campos de conocimientos biológicos, psicológicos y sociales, atravesados por la perspectiva de género y la ética. El trabajo es grupal, propiciando la autonomía del estudiante y la articulación entre la teoría y la práctica desde el inicio de la carrera.

El recorrido que se efectúa a través de “problemas” -en los primeros años- y de historias clínicas en el último de los ciclos permite al alumno poder dar cuenta acerca de “por qué sucede lo que sucede” y de proveer de las herramientas teóricas para que el futuro profesional pueda intervenir o derivar cuando la complejidad del proceso de salud–enfermedad–atención, así lo requiera. En este contexto, las disciplinas que conforman el campo de formación, se verticalizan y horizontalizan, durante el desarrollo de todos los ciclos.

La Medicina Preventiva y Social como campo teórico

La “Medicina Preventiva y Social”, con sus fundamentos en la “Medicina social”, como campo científico de convergencia de varias disciplinas se ocupa del análisis del proceso de salud-enfermedad-atención de las poblaciones.

Cabe destacar, en primera instancia, la incapacidad de definir la salud por sí misma y la persistencia de hacerlo desde el lado negativo -la enfermedad. Este aspecto se torna en constitutivo de un obstáculo para el impulso de una nueva visión. Además de observar lo colectivo y la conquista de la anhelada positividad implica la reconstrucción del orden médico dominante donde se reproduce a la salud sólo en forma de enfermedad.

Por otra parte la práctica médica y sus conceptos básicos han sido definidos en forma diferente a través de la historia y aún dentro de un mismo período histórico.

El campo de la Medicina Preventiva se ha construido, desde sus inicios, con los contenidos de Higiene, Epidemiología, y aspectos de la Teoría y Administración de la Salud. Mas tarde con la incorporación de las ciencias sociales al campo de la salud, y su conformación como área disciplinar y dominio teórico -que pueden ubicarse en la posteridad de la Segunda Guerra Mundial- y los conceptos de Atención Primaria de la Salud entre otros, se constituyeron las visiones de la Salud Pública.

Según Nunes (5), los primeros escritos que pueden encontrarse sobre la sociología médica fueron escritos por médicos y no por sociólogos, y los artículos más antiguos publicados son los de Jules Guèrin en 1848 sobre “medicina social” en Francia y por Charles McIntire sobre la importancia del estudio de la sociología médica publicado en Estados Unidos en 1893.

El concepto de “Medicina Social” surge casi simultáneamente en varios países europeos. Además de Guèrin en Francia, Neuman y Virchow hablan de medicina social en Alemania, Farr en Inglaterra y Puccionotti en Italia, acompañando los procesos políticos y sociales -revolucionarios- e incorporando a intelectuales y constituyendo un grupo de consenso para ejercer el poder político.

Una de las características de esta Revolución de 1848, fue la de haber popularizado la palabra “fraternité” implicando una hermandad y confraternización universal. En este marco los médicos junto a otros intelectuales, ayudaron a elaborar la concepción del mundo de la burguesía triunfante (6).

El aporte central en la definición del campo teórico de las ciencias sociales y salud lo constituyó el análisis de T. Parsons de la relación entre el médico y el paciente como una estructura social. Este capítulo de su libro El sistema social (1951) impacta por la relevancia que el propio libro tiene en la sociología, como por ser una construcción teórica desde el campo mismo de la sociología y no solo desde la perspectiva médica.

De esta forma la relación entre las ciencias sociales y la salud, ha sido el objeto de discusiones. Algunos sostienen que la preposición conjuntiva "y" es débil para describir una relación “interdisciplinaria”, mientras que otros sostienen que debiera utilizarse la preposición "para": "las ciencias sociales para la salud", pues de este modo se mostraría la vocación teórica y empírica de la práctica profesional.

Sin embargo, otros consideran que la relación entre ambas sigue siendo externa y que debería modificarse radicalmente. Este planteo propone: "las ciencias sociales de la salud". Esta visión ha permitido, en las últimas décadas, hacer legítimo el uso de las técnicas cualitativas de investigación.

Volviendo a la medicina social, nombre adoptado en la mayoría de los países latinoamericanos, en Brasil, esta corriente, se denomina Salud Colectiva. Se desea destacar que el movimiento sanitario surgido en ese país consideró importante efectuar un análisis del conjunto de las prácticas y organizaciones de salud, incluida la práctica médica, y además descentrar a la enfermedad y su tratamiento del acto médico, para tomar, como eje central, el proceso salud/enfermedad/atención. Se considera necesario resaltar la noción de “proceso” como una construcción colectiva, tanto en la forma que adquiere en cada sociedad y momento histórico, como en las posibilidades de su transformación.

De este modo la medicina social latinoamericana se ha desarrollado dentro de un amplio espectro de posiciones teóricas y metodológicas. Desde el origen de esta corriente se han llevado a cabo intensos debates sobre teorías, métodos y estrategias de cambio que en la actualidad continúan, por lo que quedaría demostrada la vitalidad que posee este campo de pensamiento y práctica. Los debates metodológicos toman en consideración el contraste entre:

La medicina social confiere a su “praxis” -entendida como la interrelación entre pensamiento y acción- una característica muy diferente con respecto a la salud pública.

En cuanto a la unidad de análisis:

La salud pública considera como unidad de análisis a la población, a la que define como una suma de individuos que pueden ser clasificados en grupos según ciertas características (sexo, edad, educación, ingreso, raza o etnia). Así la epidemiología clásica aporta la construcción de porcentajes de una población específica que se calculan a partir de características individuales de quienes la componen. Es decir la población queda constituida por una suma de individuos.

En cambio, la medicina social considera a la población y a las instituciones sociales como totalidades cuyas características trascienden las de los individuos que las componen. Define los problemas y desarrolla sus investigaciones a través de unidades de análisis sociales e individuales, pero con un encuadre teórico-metodológico colectivo. Es decir, las especificidades individuales y grupales son analizadas en el contexto social que las determina.

En este sentido, las principales categorías analíticas son la reproducción social, la clase social, la producción económica, la cultura, la etnia y el género, entre otras y es a partir de estas categorías que las especificidades individuales, encuentran su determinación explicativa.

En cuanto al Proceso de Salud-Enfermedad-Atención:

Otra de las diferencias entre la medicina social y la salud pública estaría dada por el carácter -estático o dinámico- de la salud-enfermedad y el efecto del contexto social. La medicina social conceptualiza la salud-enfermedad como un proceso dialéctico y no como una categoría dicotómica. La epidemiología crítica estudia el proceso salud-enfermedad-atención en el contexto social, considerando los efectos de los cambios de las condiciones sociales a lo largo del tiempo. El perfil epidemiológico de un colectivo social o institucional en una determinada sociedad requiere un análisis de múltiples niveles para comprender por qué y cómo las condiciones sociales, tales como la reproducción social, la producción económica, la cultura, la marginalización y la participación política, se organizan históricamente en distintos “modos de vida” característicos de los grupos situados en diferentes posiciones dentro de la estructura de poder, y determinan un acceso diferencial a condiciones favorables o protectoras, o a condiciones desfavorables o destructivas, estableciendo la dinámica del proceso salud-enfermedad-atención.

En cuanto a los modelos explicativos:

El modelo utilizado para la explicación de la enfermedad: desde sus orígenes fue el modelo monocausal, donde las explicaciones son simplistas, un agente específico es la causa necesaria y suficiente para producir una enfermedad y no se consideran adecuadamente las condiciones sociales que son determinantes para el desarrollo de la enfermedad. Esta teoría que ha sido desarrollada por la medicina europea del siglo XIX. Sin embargo algunos investigadores latinoamericanos mantienen esta perspectiva aún en nuestros días. Incluso pueden pensarse los modelos multicausales, como los ecológicos, que consideran la interacción entre agente, húesped y ambiente, o, más recientemente, los modelos de complemento causal e interacción biológica, que definen a la enfermedad de una manera relativamente estática.

Las críticas desde el punto de vista de la medicina social a los modelos multicausales tradicionales se fundamentan en que no se posee una clara visión de los vínculos dinámicos por los cuales la dialéctica del proceso salud-enfermedad-atención se ve afectada por las condiciones sociales. Estos análisis han sugerido un enfoque desde la complejidad donde las condiciones sociales e históricas son consideradas como una red intrincada de determinantes y sobredeterminantes y su comprensión permite especificar las diferentes dimensiones del mismo.

En cuanto a lo metodológico:

Analizando las tendencias metodológicas, ya hemos visto que la introducción de las ciencias sociales como interdisiciplina permite enfoques multimetodológicos con la posibilidad de efectuar "triangulación" entre los métodos cualitativos y cuantitativos. Es fundamental señalar que para la construcción de la Medicina Social-Salud Colectiva, el punto de partida es un replanteamiento teórico del problema -una mirada desde un paradigma diferente- a la luz del cual los métodos se subordinan a una lógica analítica de procesos dinámicos considerados en conjunto, y no a la inversa.

En cuanto a las categorías de análisis:

Un concepto central, para rescatar de la teoría marxista, es el de clase social, definido por las relaciones de producción económica. En la teoría marxista, la característica más importante de la definición de clase social involucra la propiedad y el control de los medios de producción y, por ende, del proceso productivo. Como consecuencia de esta concepción, se mantiene necesariamente una discusión en el uso de las categorías de clase social y la necesidad de operacionalizar de forma diferente. Ya que el proceso de producción no se operacionaliza en características demográficas como los ingresos, la educación o el prestigio ocupacional, que se usan frecuentemente para realizar una estratificación social.

Otra categoría de análisis importante es la de reproducción. La teoría marxista cuestiona la reproducción de las relaciones de explotación que, a través de generaciones, produce el sistema capitalista. Una de las instituciones más importantes que favorecen esta reproducción es la familia, especialmente mediante las relaciones de género, según el papel que se le asigna socialmente a cada integrante de la misma.

Otro eje teórico de análisis es considerar las ideas específicas y doctrinas de un grupo social. Una ideología "hegemónica" que tiende a justificar los intereses de las clases y que dominan en una sociedad y en un período histórico. Las teorías del psicoanálisis, del análisis institucional y los desarrollos filosóficos franceses (sobre el poder), han servido para efectuar otra mirada sobre los servicios de salud y poder construir una posición crítica de las ideologías en las políticas de salud, así como la realización de propuestas de cambio.

En la actualidad este campo de la Salud Colectiva es desafiante, por los aportes que se están construyendo para la comprensión de los determinantes del proceso salud-enfermedad-atención desde la complejidad, así como por el uso de teorías, métodos y técnicas escasamente desarrollados en el ámbito de la salud pública. Los temas y hallazgos han llegado a ser pertinentes para problemas médicos y de salud pública en todo el mundo, y en especial para el análisis y la propuesta de alternativas a la inequidad en salud, la reforma de los sistemas sanitarios, los estudios de género, el estudio de las micropolíticas y macropolíticas que afectan a la atención sanitaria y a la salud de los trabajadores, entre otros (7)

La Medicina Preventiva y Social como espacio de enseñanza

Si bien el término de “Medina Preventiva” ha sido empleado a lo largo del tiempo por las Escuelas de Medicina, su significado no ha sido totalmente aclarado. La dificultad se encuentra en que el término abarca una serie de disciplinas cuyos contenidos sobrepasan sus límites. Además en muchas oportunidades los términos: Salud Pública, Medicina Social, Medicina Comunitaria y Salud Colectiva se utilizan como sinónimos.

En América Latina, las Escuelas de medicina utilizaron el término “Medicina Preventiva y Social” alrededor de la década del 50, incorporando con esta disciplina procesos de transformación curriculares por su relación con las ciencias sociales.

La enseñanza de la Medicina Preventiva y Social solo puede comprenderse en el contexto de un análisis global del plan de estudios (8). Así alrededor de 1968, la Medicina Preventiva, arraigada en un modelo tradicional, presenta como postura innovadora la organización departamental de áreas de conocimiento como: Medicina cuantitativa, Epidemiología, Ciencias Sociales y Administración (9).

En Rosario desde las Cátedras de Higiene y Medicina Social se convoca a propuestas innovadoras y a la creación de un Departamento de Medicina Preventiva y Social. La asignatura denominada “vertical” atraviesa la formación desde el 2º año hasta el 5º y se incluye Epidemiología a modo de una Unidad en 4to año. Durante la dictadura, Medicina Preventiva quedó reducida a escasas 30 horas anuales y es recién desde 1985 donde la carga horaria se eleva a 90 horas, luego se incorpora Epidemiología en 5to año como cuatrimestral y Medicina y Sociedad en los primeros años.

Teniendo en cuenta las consideraciones señaladas en cuanto al campo téorico y la historia institucional, la disciplina será entendida como Salud Colectiva y en su desarrollo se pondrá el énfasis en los aportes de las corrientes de la Epidemiología Social o Crítica y de las Ciencias Sociales por entender que ofrecen las herramientas teóricas necesarias para abordar la complejidad de las problemáticas de la salud.

Los contenidos a enseñar, se agruparán en dos bloques de contenidos: uno referido al conocimiento de lo humano y el otro referido a los determinantes del proceso de salud- enfermedad-atención, teniendo un dominio importante en la praxis médica. Estos bloques de contenidos, seleccionados de acuerdo con la naturaleza compleja de la asignatura, incluirán hechos, conceptos, principios, procedimientos, valores, normas y actitudes.

Se organizarán en torno a ejes: Promoción de la Salud, Prevención de la Enfermedad, Atención de la Enfermedad; para dar cuenta que:

Por otra parte los contenidos en el marco de la Salud Colectiva son: el análisis del contexto social, el Sistema de Salud y su organización, los procesos de atención, el rol del Estado y la conformación de las políticas públicas- Legislación sanitaria, constituyen los ejes de contenidos a desplegar en el Plan de estudios.

El abordaje, en profundidad de categorías tales como género, inequidad, etnia, riesgo, vulnerabilidad, reproducción, como contenidos transversales, serán necesarias para “comprender” las representaciones y prácticas de las poblaciones y sus necesidades en salud. Este acercamiento se efectúa desde las ciencias sociales, la epidemiología y la salud colectiva con un abordaje interdisciplinario.

Cabe destacar que la enseñanza debe tener como propósito fundamental contribuir a la formación de un médico general que le permita a resolver los problemas de salud más frecuentes de la población centrado en APS.

El esquema formativo tradicional, ofrecido al estudiante de medicina, tendió a generar un recurso orientado principalmente hacia la atención de la enfermedad individual, excluyendo cualquier enfoque de carácter familiar o social, con una concepción eminentemente biologista, que no guardaba relación con la realidad que tendría que afrontar el futuro médico generalista. Desde la Medicina Preventiva y Social el uso del paradigma de la “Historia Natural de la Enfermedad” sostenida por Leavell y Clark, como único y sin críticas, constituyó la forma de interpretación y abordaje de la salud-enfermedad desde hace muchísimos años.

De este modo, y siguiendo los lineamientos de la CI-2001, los contenidos de Medicina Preventiva y Social no sólo se verticalizan -recorren la formación desde el primer área hasta la práctica final- sino que se articulan con fisiología, química, patología, microbiología, infecciosas, clínica, salud mental por enumerar algunas, constituyendo el campo de la salud, para comprender sus problemáticas efectuando una acción integradora en lo horizontal; la producción resultante en el análisis de los problemas, y es a través de procesos espiralados donde se conjugan múltiples y diversos niveles de sobredeterminación.

Al encontrarse esta curricula enmarcada en el ABP los contenidos de esta asignatura se enseñan conjuntamente con las habilidades y prácticas necesarias para el quehacer médico, por lo tanto le permite “integrar” en la solución de problemas el uso de paradigmas y la aplicación de los principios en una complejidad creciente y, su vez articular el aprendizaje de lo abstracto y general y su aplicación en lo concreto y particular. Se intenta por lo tanto, resolver en el abordaje de los problemas la integración de la teoría y de la práctica y, las tensiones propias de las cuestiones pedagógicas: lo objetivo-subjetivo, el pensamiento y la acción, lo individual y lo social, la disciplina y la ínter/disciplina.

Así mismo, los aspectos normativos la Resolución 535/99 reafirma esta posición pues generan recomendaciones que brindan la base para establecer el nuevo paradigma e incluye algunos que tienen especial correlato con la Medicina Preventiva y Social, tales como:

“La selección de los contenidos deben tener en cuenta el enfoque epidemiológico en la promoción de la salud y en la prevención, atención y rehabilitación de las enfermedades” . 

“La estrategia de APS deberá ser privilegiada en la planificación de las actividades prácticas”

“Deben abordarse los problemas vinculados a la Medicina Preventiva y Social”

En esta línea teórica de trabajo, la elaboración del plan de trabajo asumirán las siguientes decisiones:

  1. Reconocer al proceso de salud-enfermedad-atención como eje articulador de la enseñanza, comprendiendo los diferentes contextos para permitir la identificación de aquellas situaciones de vulnerabilidad tanto biológicas, psicológicas y sociales, con un sentido de la complejidad (10).
  2. En relación con la enseñanza, se diseña de acuerdo con los Lineamientos Curriculares Institucionales de la Facultad que enfatizan la promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento y rehabilitación, conformados por Unidades Problemas, según cada etapa de la vida (Niñez, Adolescencia, Adulto joven y Adulto mayor), articulando la docencia, la asistencia y la investigación. Por lo tanto se han reestructurado la organización de los contenidos.
  3. La evaluación se ajustará estrictamente al Reglamento de Evaluación en cuanto a sus momentos, pero asumirá diferentes estrategias, según los temas abordados.

PLAN DE ESTUDIOS 2001

El conjunto de decisiones y acciones que se formulan se encuadran en las definiciones que sobre el proceso de transformación curricular.

En este sentido, los contenidos prescriptos para los distintos ciclos, constituyen la base sobre la cual, la “cátedra” produce las adecuaciones que hacen a su singularidad, incorporando además, “otros” que se consideren relevantes o resignificando los seleccionados para reafirmar determinados conceptos básicos del campo disciplinar.

Objetivos Generales

Notas:

  1. Lineamientos curriculares institucionales Facultad de Ciencias Médicas UNR.
  2. Íbidem
  3. Plan de estudio. R.C.D. 1930-2001-R.M. nº 40-2002
  4. R.C.D. 2273/97
  5. Citado en Briceño-León, R. - Las ciencias sociales y la salud: un diverso y mutante campo teórico. Ciênc. saúde coletiva, 2003 8 (1):33-45.
  6. García JC. - Pensamiento social en Salud en América Latina. México: OPS/OMS, Nueva Editorial Interamericana, 1994.
  7. Iriart, C., Waitzkin, H., Breilh, J. et al. -Medicina social latinoamericana: aportes y desafíos. Rev Panam Salud Publica 2002, 12 (2):128-136.
  8. Emmanuele E, Liborio M. - Las paradojas del discurso médico. Rosario: OPS/OMS, Edit. Ross, 1996.
  9. Muñoz E. - Modelos utilizados en la Enseñanza de la Medicina Preventiva. Cuaderno de Salud Pública Nº8. Escuela de Salud Pública, UNBA
  10. Morin, E. - Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa 3ra. 1997